Mujeres ¿Problema y solución de la corrupción?
Mujeres dentro del problema de la corrupción
Las mujeres históricamente son un grupo vulnerable y en el tema de corrupción no es diferente. Si bien la corrupción afecta a la ciudadanía en general, estadísticas e información de Transparencia Internacional (TI)1 reflejan que para las mujeres el problema de la corrupción afecta más, por ejemplo, en el acceso a servicios públicos, ya que son más propensas a ser condicionadas para acceder a servicios de salud, educativos o para la procuración e impartición de justicia.
Un motivo de corrupción que señala TI y que pega con particularidad a las mujeres es el delito de la extorsión relacionado con temas sexuales, el problema se agudiza cuando además de ser más propensas a enfrentarse a situaciones de corrupción hay una muy baja probabilidad de denunciar debido a la percepción de que no se realizará ninguna medida o acción.
Lo anterior es sólo una muestra de las afectaciones diferenciadas de la corrupción en las mujeres. Por ello, las mujeres están dentro del problema de la corrupción y el combate a esta debería tener como agentes de cambio a las propias mujeres, pero ¿y si partimos de un estereotipo o estigma de bondad y generosidad del cual están dotadas las mujeres solo por serlo?
Veamos que responden las personas expertas2 a la siguiente pregunta:
¿Las mujeres son menos corruptas que los hombres?
La diferencia de comportamiento entre hombres y mujeres en situación de corrupción es la aversión al riesgo, es decir, las mujeres tienen mayor temor a los riesgos que puede ocasionar participar en un acto de corrupción ya sea desde las consecuencias sancionatorias o el estigma social.
Entonces, es posible que las mujeres se comporten de manera menos corrupta en los espacios donde se desempeñan.
Que no se mal entienda la premisa. No reducimos la solución del combate a la corrupción haciendo convocatorias masivas para mujeres, el problema de la corrupción es del tipo estructural por el cual se esperan cambios desde el funcionamiento institucional, pero sí, el contrato de más mujeres en todas las áreas en específico en la administración pública contribuye a romper las brechas salariales, a la paridad de género, igualdad, y probablemente se promoverán nuevos espacios de decisión con diferente perspectiva y posiblemente una condicionante para reducir la corrupción por la ya mencionada aversión al riesgo.
Lo cual nos debería de convertir en agentes activos en la solución, tomando decisiones de políticas públicas, siendo jefas de unidades encargadas de trámites, lidereando equipos de trabado, dar enfoque de género en cada una de las áreas en las que estemos y trabajando con integridad.
Y ¿cómo vamos en la participación de mujeres en espacios de decisión de la Administración Pública?
Con el fin de seguir impulsando la igualdad entre mujeres y hombres en la administración pública, se han creado mecanismos para asegurar el principio de paridad de género en los tres órdenes de gobierno, en los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, así como en los cargos de elección popular.
Pese a que todavía falta trabajar para alcanzar la igualdad de género en las instituciones públicas, el panorama es alentador, en algunos ámbitos, se ha logrado incrementar la participación de más mujeres:
- Los últimos datos que tiene el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI)3 dicen que para el cierre del 2019 se contaban con 1,606,800 personas se desempeñan en el servicio público, de las cuales el 51.8% fueron hombres y 48.2% mujeres.
- De acuerdo con datos del INEGI al cierre de 2019, en las instituciones de la Administración Pública Federal había 294 titulares, de los cuales el 73.8% fueron hombres y 22.8% mujeres.
- Actualmente (2022), 8 de las 19 secretarías de estado son lideradas por mujeres, incluyendo las que están a cargo de los sectores más importantes para el desarrollo del país como son: energía, seguridad, educación y trabajo.
- De los nueve órganos constitucionales autónomos, cinco tienen una mujer al frente.
- En la Cámara de Diputados, de los 500 curules, 241 son ocupados por mujeres, es decir, el 48%, mientras que la Cámara de Senadores la mitad de los escaños están ocupados por mujeres, es decir, 64.
- A la fecha nuestro país tiene siete gobernadoras, pese a que es una cifra pequeña, nunca antes tantas mujeres habían estado al frente de un estado.
- En cuanto a los integrantes del Sistema Nacional Anticorrupción, actualmente la participación de las mujeres es mínima, únicamente hay cuatro: dos pertenecientes al Comité de Participación Ciudadana, la titular del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales y la Titular de la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción, sin embargo, recientemente se publicó una convocatoria exclusiva para mujeres interesadas en formar parte del Comité de Participación Ciudadana (CPC).
Si bien las cifras delatan un largo camino recorrido y por recorrer, aumentar la participación de las mujeres en todos los entornos, en especial el que tiene que ver con lo público es más que deseable y el camino correcto para el combate a la corrupción.
Desde cualquier espacio que se ocupe, el trabajo para cerrar las brechas que hoy perduran entre mujeres y hombres, a través de capacitación, el respeto y la inclusión, es un compromiso asumido por quienes redactan estas líneas.
Por: Reyna Caraveo y Aurora Ruiz, integrantes del equipo de la Plataforma Digital Nacional.
1Véase en https://www.transparency.org/es/news/women-and-corruption-gcb
2Véase Croson, Rachel y Uri Gneezy. 2009. "Diferencias de género en las preferencias". Véase Croson, Rachel y Uri Gneezy. 2009. "Diferencias de género en las preferencias". Revista de Literatura Económica
3Véase en: INEGI (2020), Censo Nacional de Gobierno Federal 2020 https://www.inegi.org.mx/contenidos/programas/cngf/2020/doc/cngf_2020_resultados.pdf